Ya estoy de regreso a Extremadura. Llegué anoche (martes), algo cansado, pero sobre todo con la imagen imborrable de Puerto Príncipe arrasada, de las víctimas y de los miles de desplazados que lo han perdido todo. Pero a la vez, plenamente convencido de que hemos iniciado un camino acertado en nuestras intervenciones en Haití.
Llegaron allí dos compañeros, Arantxa Mancho y Dionisio Dominguez para tomar el relevo. Ahora toca preparar proyectos, reunirse con los financiadores e intentar conseguir los medios necesarios para paliar la situación de las víctimas del terremoto y mejorar sus condiciones de vida.
El trabajo no hace más que empezar...
Las necesidades en Haití van en aumento y a miles de personas solamente les queda la esperanza que han depositado en todos nosotros.
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